
"Goodbye daughters of the revolution"
Los Black Crowes, y los hermanos Robinson específicamente, son personas que viven en los setentas. Escuchar su música es meterse a una máquina del tiempo y volver a la época de Zeppelin, de Jefferson Airplane, de los hippies descalzos, del amor libre y todos esos clichés que terminaron por prostituirse y derivar en el odio hacia ellos (que buen capítulo de South Park). Es música que te prende y que te hace bailar, cantar y sentirte bien contigo mismo. No pretenden ser más de lo que son, y eso que esto rock and roll, blues, gospel, folk, lo que quieras. Música honesta, salida del corazón de un par de hermanos que, a diferencia de los Gallagher, se quieren y jamás han ido pregonando que son lo mejor del mundo. Son buena onda, tan buena onda, que Jimmy Page los ha acompañado en giras y dvds (no lo baje que tiene malísima dirección de cámaras). Hasta los de Oasis los acompañaron hace unos años en su cursi "gira de amor fraternal" (que lindo no).
Los Black Crowes, y los hermanos Robinson específicamente, son personas que viven en los setentas. Escuchar su música es meterse a una máquina del tiempo y volver a la época de Zeppelin, de Jefferson Airplane, de los hippies descalzos, del amor libre y todos esos clichés que terminaron por prostituirse y derivar en el odio hacia ellos (que buen capítulo de South Park). Es música que te prende y que te hace bailar, cantar y sentirte bien contigo mismo. No pretenden ser más de lo que son, y eso que esto rock and roll, blues, gospel, folk, lo que quieras. Música honesta, salida del corazón de un par de hermanos que, a diferencia de los Gallagher, se quieren y jamás han ido pregonando que son lo mejor del mundo. Son buena onda, tan buena onda, que Jimmy Page los ha acompañado en giras y dvds (no lo baje que tiene malísima dirección de cámaras). Hasta los de Oasis los acompañaron hace unos años en su cursi "gira de amor fraternal" (que lindo no).
Después de seis años, los cuervos se vuelven a juntar y sacan un disco que, aunque a la primera escuchada no es lo mejor del mundo, con cada reproducción lo quieres más y descubres que "Warpaint" es más de lo que aparenta. Se aleja del criticado "Lions" del 2002, que a mí parecer es un gran disco, apuntando más hacia el blues y gospel que al rock guitarrero. Más guitarras slides, más órganos acompañando las canciones (no hay nada mejor que eso), más raíces.
"Whoa mule"
Escuche los pajaritos. Sí, este tema fue grabado al aire libre, qué más hippie que eso, qué más relajado que eso. El slide recorre la canción y hace de segunda voz en una gran canción de final de disco. En este disco el slide está mucho más presente que en el "Lions", y que en el resto de sus canciones más populares (gracias Ben Harper por notar el recurso).
No hay revoluciones, no hay mensajes políticos, sólo sonidos, colores, música y sentimiento.